[Primer Encuentro…]
_ Me siento tan orgullosa de tí – me dijo, mi madre, abrazándome por décima vez. Y tengo que decir que me sorprendía, que no se echara a llorar en ese mismo instante.Mi madre me abrazaba con tanta fuerza que me faltaba el aire y sentía que mis huesos se romperían.
El desmayo venia pronto, de eso estaba segura.
Cuando por fin mi madre me había soltado - y sentí que el aire volvía a entrar a mis pulmones – me dí cuenta que se había alejado de mí, solo porque era el turno de asfixiar a Luc.
Puede ser que tanta emoción, venia, porque mi madre se dio cuenta que su dos hijos ya estaba grandes. Que su hijo mayor entraba a su segundo año de universidad y que su pequeña hija ya comenzaba su nueva etapa. La universidad.
Mi madre después de unos largos minutos, se alejo de Luc y nos miraba a ambos con una mezcla de tristeza y alegría, todo junto.
Sus ojos miel brillaban y en sus mejillas estaban húmedas por culpa de las lágrimas.
Sabía lo duro que era para ella vernos crecer. Era duro y a la vez reconfortante.
Criar a sus dos hijos sola había sido duro y sacrificado. Pero aun así, mi madre nos había sacado adelante, sin la necesidad de un hombre a su lado.
_ Estoy orgullosa de ambos - dijo mi madre en medio de un sollozo.
Sus ojos miel se posaron en mí, para luego darme una sonrisa que mostraba todo su cariño y amor.
Mi madre me miraba de la misma forma de cuando llegue con mi primera” A”. Era una mirada de orgullo que hacía que mi corazón y mi pecho se inflaran de alegría.
_ Tu primer año de universidad, Megan - Me dijo.
Sus ojos pasaron de mí hacia Luc, dándole la misma sonrisa que me había dado hace unos segundos atrás.
_ Y es tu segundo año, Lucas – se detuvo para limpiar sus mejillas con su suéter - Creo que me saque la lotería con mis hijos.
Era mi primer año de Universidad y el segundo de mi hermano, cosa que era sorprenderte. ¿Quién iba a imaginar que Lucas Bell iba a entrar a su segundo año de Universidad? Por mi parte, yo pensé que con suerte se iba a graduar del Instituto.
Mi madre se me acercó y me dio unos pegajosos besos en ambas mejillas, para luego ir al ataque de Luc.
Me limpie las mejillas disimuladamente y le di una mirada a Luc de soslayo. Sonreí al ver los labios marcados en ambas mejillas de Lucas.
Varios chicos a nuestro alrededor se detuvieron, para ver a la mujer que besaba a Luc, y esté al darse cuenta de la atención que estaba captando, frunció el ceño y le dijo a Mamá entre dientes:
_ Ya basta, Mamá. Todos los miran.
_ ¿Te avergüenzas de tu madre Lucas Francis Bell Jones? - le preguntó ella con voz de reproche.
_ Claro que no - contesto Luc rápidamente, dándole una de sus tantas sonrisa encantadoras – Claro que no, Ma. Pero no quiero que crean que salgo con una hermosa mujer como tú. Sería raro decirle que eres mi madre y no mi novia.
Puse los ojos en blanco.
Luc siempre tan sínico y mal mentiroso, pero creo que era la única que pensaba eso, puesto a que todos le creían sus estupideces y lo alaban por ellos.
Lucas era como un dios griego o una estrella de rock, entre las chicas. En el instituto Luc era conocido por ser “Él sexy mariscal de campo” - una estupidez según yo -Pero no había persona dentro del instituto - eso incluye a Chicos - que no quisiera ser amigo de Luc o su novia/o. (Sip… hasta los chicos deseaban que Luc fuera su novio. Raro ¿No?) Ser parte del círculo de amigos Luc, era como ser la mejor amiga de Lady Gaga o la novia de algún integrante de los Backstreet Boys, en época de furor. Luc era guapo, hay que admitirlo. Su ojos Miel como los de me mi madre, su cabello marrón sobre su frete y su cuerpo de atleta, hacia el pack de chico perfecto. Pero lo que realmente destrozaba su belleza, era su personalidad. No sé si solo era conmigo, pero Luc era odioso. Grinch era menos cruel robándose la navidad y todo….
La verdad es que las personas a nuestro alrededor, no lo veían a Luc como yo.
EL era un encanto y un real caballero, cuando se trataba de ligar con alguna chica… o con cualquier mujer a su alrededor – excepto yo - Por esa misma razón, nunca había tenía una mejor amiga. Siempre que una chica se me acercaba, era por que trataba de ligarse a mi hermano. Por esa misma razón, mis amigos en casa eran todos muchachos.
_ Creo que será mejor que entremos ya ¿No creen? – pregunto Luc de pronto.
Tome una respiración muy larga. Había llegado la hora.
Estando parada ahí, en la entrada, de mi nueva etapa de vida, me daba una gran certeza de que mi vida iba a cambiar por completo. Tenía una gran corazonada que me decía que algo dentro de ese viejo establecimiento, me esperaba algo grande. Algo que iba a marcar un antes y un Después. Sentía que ya no iba a ser más conocida por “Hermana menor de Luc Bell” sino que iba a lograr ser yo. Megan Bell.
_ ¡Hey, hermana no deseada! - era la voz de Luc que me llamaba para que le tomara atención.
Lentamente me volteé hacia su dirección. Su cabello marrón y liso estaba alborotado por el viento y en sus manos grandes tenía dos bolsos y dos mochilas, el cual se veían bastantes pesadas, pero él no parecía notarlo.
_ Gracias por bajar tu nube, Megan. Ten - me extendió mi bolso y mi mochila. Al cogerlo en mis manos, hice una mueca por lo pesada que estaba.
_ Hey – sonríe falsamente - Gracias
_ ¿A poco creías que te iba a ayudar con tu equipaje?
Me quede en silencio, observando cómo Luc me miraba incrédulo.
_ Bueno... lamento decepcionarte, Megan.
Fruncí el ceño.
Acomode la mochila en mis hombros y tome mi bolso para alejarme de Luc, antes de que me diera más ganas de darle un golpe.
_ Gracias - le dije sarcásticamente - Siempre tan amable ¿cómo no querer a un hermano con tales características de amabilidad?
_ De nada, Preciosa. Siempre es un placer - me dio una falsa sonrisa, para luego tomar sus cosas y entrar al establecimiento.
Me lo quede mirando mientras caminaba por el campus. De inmediato en que Luc puso un pie en el campus, varias chicas - específicamente porristas - se le acercaron a sus alrededor tocando su cabello y sonriendo como enfermas.
¡Pues Claro! Luc era el mariscal de campo del equipo de futbol y obviamente era un buen partido para las porristas.
Negué con desaprobación, mientras miraba la forma tan poco sutil de coquetear con mi hermano, para luego volver la vista hacia mi Mamá.
_ ¿Nerviosa? - me pregunto ella.
Asistí frenéticamente como adorno de automóvil y le dí una sonrisa nerviosa.
La verdad era que por primera vez, yo dejaba Bemidji, Minnesota y era la primera vez que iba a estar lejos de casa. Por lo mismo, los nervios, hacían que mi estómago se revolviera y que me dieran ganas de vomitar todo lo que había comido en el camino.
Muy rara vez me sentía de ese modo. Siempre había sido una chica que tenía mis sentimientos bajo control, pero en ese momento me sentía de lo peor. ¡Pfff!
_ Si - admití
_ Estarás bien. Siempre has salido airosa de todo lo que te propones - Mi mamá alarga una sus manos y me pone uno de mis mechones de cabellos detrás de mí oreja - Y sé que está no será la excepción, Megan.
_ ¿Tanta Fé me tienes?
_ Siempre he tenido Fe en ti, mi Princesa.
Sonreí al escuchar sus palabras que sabía que eran totalmente sinceras. Me acerque a ella y la abrace fuertemente, para luego apartarme, antes que se pusiera a llorar nuevamente.
_ Gracias. Espero no decepcionarte, Ma.
_ Nunca lo haces, Princesa.
Suspire lentamente cerrando mis ojos, tratando de calmar mis nerviosismos, y entrar en la calma que me caracterizaba. Cuando los abrí, vi a mi madre que me sonría dándome las fuerzas que necesitaba.
Ya estaba lista.
_Bueno. Yo creo también debería irme - le dije.
Mi madre dio un paso hacia mí y me cubrió entre sus brazos susurrándome lo muy orgullosa que estaba de mí, lo mucho que me iba a extrañar y sobre todo… que todo iba a estar bien.
Cuando se alejó, me dio un afectuoso beso en la frete y me dijo;
_ Que Dios te bendiga y te guarde este año, hija.
Sonreí divertida.
_ Mamá hablas como si no me volvieras a ver nunca más. Es la universidad no otro continente - le sonrió.
_ ¡Estarás en otro estado! – Exclama ella – ¡Para mí es como otro continente, Megan! Bueno... - respiro profundamente - entra antes que me arrepienta y te haga volver conmigo a Bemidji.
_ Vale - le bese la mejilla -te quiero, Ma
Tome mis maletas y comencé a caminar en dirección de mi nueva vida, pero antes de llegar, a lejos me detuve y mire a mi madre, que seguía parada donde la había dejado.
_ Acéptale la cita a Sebastián
Mi madre se quedo congelada ante mis palabras, pero antes que ella pudiera contestarme o preguntarme algo, yo me giré nuevamente y seguí mi camino.
(***)
Después de haber ido a la oficina, para pedir mi horario de clases, llegue a la puerta de mi nuevo cuarto.
No sabía quién sería mi nueva compañera, no sabía qué clase de chica era y mucho menos su comportamiento.
¿Sería de esas locas por la limpieza? ¿O será esa clase de chica que deja todo tirado? Las dos opciones me parecían horribles.
Introduje las llaves en la cerradura, con esas preguntas en mi cabeza. Pero antes de poder girar la llave, la puerta del cuarto se abrió dejando al descubierto a mi nueva compañera.
Ella era guapa, la clase de chicas que salen en los comerciales de maquillaje o de ropa exclusiva. Su cabello era completamente rubio, con algunos reflejos más claros. En su frente descansaba un flequillo que hacia destacar su rostro ovalado. Sus ojos castaños me examinaban de pie a cabeza, para luego regalarme media sonrisa amistosa.
_ No te vez loca - me comento ella.
_ Gracias - conteste frunciendo el ceño, pero la verdad que mi agradecimiento sonó más como una pregunta que otra cosa.
_ Soy Chloe Grey.
Ella me extendió una de sus manos y yo extendí la mía, para luego estrechársela cordialmente.
_ Megan Bell. Y bueno... tú tampoco te vez loca.
Chloe estiro la cabeza hacia atrás y largo una dulce carcajada. Carcajada que era muy contagiosa, por cierto.
_ Es bueno saberlo - contesto ella sonriendo.
Chloe se hizo a un lado, para dejarme pasar al cuarto.
Cuando entre me quede mirando alrededor. El cuarto que era lo bastante grande de lo que yo había imaginado. Las paredes eran de color crema, había dos camas con sus respectivas mesas de noche, un closet compartido y un baño. No había grandes comodidades, pero era suficiente para mí.
_ Lo siento, pero yo ya elegí mi cama – me dijo sentándose en el borde de una de las camas que tenía unas maletas arriba de esta.
_ No te preocupes – dije sin importancia.
Chloe se veía agradable, pero de toda forma iba a ser difícil compartir una habitación con una chica. Yo no era la clase de chica que tenía amigas, (Por los motivos ya dados, “Mi hermano”) más bien soy de esas personas que se siente más cómodas con teniendo amigos del sexo opuesto.
Mi mejor amigo era Nathan Miller, éramos amigos desde toda la vida. Nunca nos separábamos. He incluso todos pensaban que nosotros éramos novios en vez de amigos.
Bueno, esa era nuestra primera separación entre Nathan y yo. Él se tuvo que quedar en Bemidji, puesto a que su madre estaba en una gran depresión, por la reciente muerte de su marido y padre de Nathan… y vaya que lo extrañaba.
_ Nos tocó el cuarto más grande según la secretaria de la residencia – me dijo Chloe de pronto – Creo que eso indica que este será un excelente año ¿No crees?
Sonrió y asiento.
_ Eso espero – suspire y deje mis maletas encima de mi cama para empezar a desempacar.
Chloe se puso de pie y camino hacia donde estaba yo. Al llegar frente a mí, extendió una de sus delgadas manos y me dijo:
_ Dame tu horario
_ ¿Para qué? – le pregunte con recelo
_ Para ver tus clases – me contesto como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Yo sin discutir, saque de mi bolsillo el pedazo de papel que me habían dado en la recepción de la oficina y se lo dí.
– Mmm… - dijo Chloe mientras leía – Nos toca Biología y Calculo juntas – Dijo, sin quitar la vista del papel – ¡Aush…! ¿Has tomado literatura?
_ Sí, me gusta leer y creí que sería buena idea. Puntos extras.
_ Te toca Literatura con la Srta. Julieta – me devolvió mi horario – Eso, obviamente no es buena idea. Mis más sentidas condolencias.
_ ¿Por qué dices eso?
_ ¿No has escuchado de Srta. Julieta? Es la más estricta de todo este establecimiento. Vas a tener que quemarte las pestañas para no reprobar su clase.
_Mi hermano la tuvo como maestra hace años y casi reprueba. Y él era un verdadero Nerd.
_ Gracias por la advertencia.
Chloe sonrío y se volteo, en dirección a su cama. Se sentó sobre está y comento haciendo una mueca:
_ Solo espero que termines viva al final del semestre.
(***)
Ella y yo teníamos todo listo en el cuarto.
Mi compañera de cuarto, Chloe, en verdad era una chica agradable, simpática y muy extrovertida.
La verdad, es que de primera vista me pareció que era esas típicas chicas muy superficiales que solo le importaban la ropa de marca y muchos zapatos en su closet. Pero no, Chloe era todo lo contrario.
Después de desempacar, Chloe se decidió tomar una siesta y yo ir a la biblioteca a buscar algún buen libro para pasar estas semanas sin clase y sin nada que hacer.
La biblioteca era mucho más grande que la que la biblioteca municipal de Bemidji y tenía mucha más variedad que la tienda de la ciudad.
Mirando los estantes llenos de libros, me decidí por “Química Perfecta” de Simone Elkeles. Había leído varias reseñas con muy buenos comentarios.
Dirigiéndome hacia la recepción para poder llevarme el libro, vi un libro que me llamaba la atención. Uno de la queridísima E.L. James, “50 Sombras de Grey”.
Me reí para mí misma y tome uno de los libros del el estante y lo comience a ojear.
_ ¿50 sombras? Eres una pervertida, Megan – salte del susto y me gire para ver al dueño de la voz.
Fruncí el ceño al verlo parado tan seguro de sí mismo.
_ ¿Perdón? – Pregunte ofendida – ¿Me acabas de llamar pervertida, Luc?
_Ese libro es para mayores de edad ¿Lo sabes, verdad?
_ Tengo 18 ¿lo sabes verdad? – Respondí dejando el libro en el estante – Y a todo esto ¿Qué haces aquí? ¿Te has perdido?
_ No, en realidad estoy buscando a alguien – me dijo mirando hacia el pasillo más lejano de la biblioteca. A los pocos segundos, Luc volvió la vista hacia mí y me dio una forzada sonrisa, para luego añadir-: pero no es nadie que te incumba.
_ ¡Cierto! No me importa saber quién es la puta con quien te juntaras.
Luc me dio una de esas miradas de muerte, pero no discutió conmigo como yo lo esperaba. En cambio, se giró y se fue hacia el pasillo de al fondo.
Después que se fue Luc, me dirigí a la recepción de la biblioteca con el libro que había elegido antes. Al llegar, entrego mi identificación de nueva estudiante a la recepcionista y le entregué mi tarjeta de la biblioteca provisoria. (Cuando empezaran las clases, tenía que hacer el trámite para la tarjeta de biblioteca permanente.)
Salí de la biblioteca con el libro en mi mano, cuando al llegar al pasillo veo una pareja de chicos discutiendo (Bueno, en realidad la chica se veía discutiendo, ya que el chico se notaba tranquilo y muy sereno como si fuera la conversación más normal del mundo).
Vi que la chica le dio un buen empujón al chico, gritándole, toda clase de insultos y palabrotas.
La chica al ver que él no reaccionaba o no le decía nada, le dio una fuerte bofetada que hizo que el rostro de él se girara por completo.
Yo Jadeé por la impresión.
Sabía que yo no tenía que ser espectadora de aquello, pero mis pies estaban pegados al piso. Yo no hacía nada más que ver aquella pelea de enamorados o ya “No-Enamorados”.
_ Te odio, Stephen – dijo ella entre dientes, antes de darle el último empujón y darse media vuelta e irse por los pasillos.
El chico se quedo congelado en el mismo lugar con la mano en su mejilla adolorida, mirando desconcertado como ella se alejaba.
¡Esto era mejor que ver un capitulo de Gossip Girl!
Cuando Stephen por fin aparto la vista del pasillo ya vacío, él se dio cuenta de mi presencia.
Frunció el ceño y me dijo con voz neutra:
_ ¿Disfrutando el espectáculo?
_ Lo siento. Yo… - hice una mueca- Yo no quería ser espectadora de tu drama amoroso. Solo pasaba por aquí y los vi.
_ No te preocupes – me contesto encogiéndose de hombros y pasándose por mano de su mejilla adolorida - Eso será lo más emocionante que veras en todo el año.
Él me sonrío para poder ocultar una mueca de dolor.
Él chico tenía el cabello rubio claro Dorado. Su ojos no los lograba divisar bien, pero oscuros no eran.
Era guapo. Sus hombros eran anchos, típico físico de deportista, y su altura era de unos 1,85 más o menos…
Él tenía el aspecto de mi chico ideal. El tipo de prototipo que me había hecho en mi cabeza. Él era como el protagonista - en mi mente – de una novela de romántica que había leído.
_ Wooo…Dramas de Chicas – murmure.
_ ¿Dramas de Chicas? – Me pregunto él - ¿Chicas? ¿Por qué hablas en plural?
_ Digo…La chica se veía bastante furiosa
_Yo nunca le he sido infiel a ninguna chica.
_ ¿Entonces? – pregunte levantando una de mis delgadas cejas.
_ Eres muy entrometida ¿te lo avían dicho?- Negué como respuesta y él bufo -Bueno, lo eres.
_Eres muy mal mentiroso ¿Te lo avían dicho? – le pregunte usando la misma frase que él. El chico me sonrío divertido al darse cuenta de ello y negó como respuesta a mi pregunta.
_Bueno, lo eres - Le dije
_ ¿Quieres que te diga porque me golpeo Lily?- no espero respuesta y continúo hablando –: me dijo que me amaba.
Fruncí el ceño confundida.
¿Eso era posible? Ósea uno no anda por el mundo diciéndole a tu novio que lo amas y luego lo golpeas… ¿Verdad?
_ ¡Woo…! la forma de demostrar su amor me conmueve. Lo Digo enserio – le dije sarcásticamente.
Él no me dijo nada, solo se limitó a sonreírme.
_ ¿Te dice que te ama y te golpea? Así sin, ¿sin más?
>> Si no me equivoco, hace unos días atrás la forma de demostrar amor era con besos y abrazos.
_ El amor está prohibido – me dijo como si fuera la cosa más natural del mundo
_ ¿Cómo?
_ Ella me dijo que me amaba y yo termine con ella. Por eso me golpeo.
_ Y bien merecido lo tenías entonces –Murmure– Eres romántico ¿Eh?
_ El amor no existe y el feliz para siempre menos. Bueno… solo en los cuentos de Disney.
_ Dices eso porque no te has enamorado.
_ Y no lo hare.
_ Tú no sabes eso – le increpo.
Él dio un paso al frente, hacia mi dirección quedando su rostro muy cerca del mío. Rápidamente di un paso hacia atrás, pero él dio otro paso al frente, quedando a la misma distancia que yo quería evitar. Sin pensarlo dos veces, yo volví a retroceder, pero el desgraciado volvió a hacer lo mismo.
Di otro paso hacia atrás para alejarme de él, pero esta vez choque con la fría pared de piedra del pasillo, sin tener oportunidad de retroceder más.
Tenía la esperanza que él no diera el siguiente paso, pero no fue así. Con una media sonrisa, Stephen dio un paso más, quedando atrapada entre la pared y su cuerpo.
Demonios, él olía tan bien.
Lo tenía tan cerca de mí, que podía sentir su aliento tibio y el calor que emanaba su cuerpo….
Me enrojecí al instante. Tenerlo así de cerca hacia que mis pensamientos se fueran a lugares que no debían ir, tenerlo así de cerca hacia que mi respiración y pulso se acelerara por completo.
Sabía que lo que él quería era intimidarme y por esa misma razón ordene a mi cuerpo no mostrarse indefensa ante sus cercanías.
Enderezando mis hombros y parándome derecha, trate de darle entender que él no me intimidaba en absoluto. Lo mire directo a los ojos y se los vi… eran verde claro, un verde Limón.
Me quede en como un Transe, me quede pérdida en sus lindos y penetrantes ojos. Tan absorbida estaba, que no me dí cuenta cuando Stephen se inclinaba a mi oído.
_ Una romántica ¿Eh? – me dijo con voz ronca y sexy. Su aliento me cosquillaba en la piel, haciendo que esta se me erizara por completo - ¿Estas esperando tu amor de Novela?
El libro que tenía en mis manos, se me resbalo y cayó al piso. Stephen se alejó de mí y miro hacia el piso, donde había caído el libro… Esté mismo volvió la vista hacia mí y me dio una sonrisa traviesa que hizo que tragara fuertemente.
_ No me respondas – me dijo él apuntando el libro en el piso - Ya se la respuesta.
Stephen se terminó de alejar completamente de mí, para recoger el libro del piso.
Al tenerlo en sus manos, Stephen leyó el título y me lo entrego con el ceño fruncido.
_ ¿Que tienen los autores con la clase de Química?
_ ¿A qué viene ese comentario? – pregunte confundida por el repentino cambio de tema.
_ Digo… ¿la relación entre dos personajes literarios no puede empezar en otra clase que no sea química?
Sonríe al entender su punto de vista y vaya que tenía razón.
_ No me digas ¿También lees?
_ Creí que te había quedado claro que el amor no es lo mío. Pero contestando a tu pregunta… tengo una hermana y a ella le gustan esas pavadas.
_ Ínsito. Tú dices eso del amor porque no te has enamorado.
>>No creo que digas lo mismo cuando encuentres a la chica correcta.
Él se rio fuertemente sin gracia alguna, para luego darme una mirada muy seria.
_ Eso nunca pasara – me contesto muy seguro.
Stephen se alejó completamente de mí, llegando hacia la pared frente de mí. Y con un movimiento de confiado, Stephen se cruzó de brazos y se apoyó en la pared de piedra.
_ ¿Tan seguro estás de eso? – Pregunte frustrada.
Stephen no contesto, solo se limitó a mirarme con esos penetrantes ojos verdes.
_Una pregunta – continúe yo - ¿Te has enamorado alguna vez? Te apuesto que no.
Él bufo.
_ ¿Eso importa? – pregunto arrugando la naríz.
_Sí. Si no te enamoras no puedes dar tu opinión.
_ ¿Y tú? ¿Te has enamorado de alguna vez?
Guarde silencio.
Recode a Robert, mi antiguo novio. Lo había querido y mucho, tanto que fue con el primero que había tenido una experiencia sexual. Yo pensaba que lo amaba, pero al escuchar la pregunta tan directa de Stephen, ese sentimiento se puso en duda y a la vez me hizo dar cuenta que en realidad nunca había estado enamorada de Robert, si no que había estado ilusionada.
_ Creo tú tampoco puedes dar tu opinión ¿no crees? - me dijo él con una sonrisa burlesca.
Lo fulmine con la mirada y a los pocos segundos, le pregunte:
_ Si no te quieres enamorar ¿para qué tienes novia? Digo, sería mejor estar soltero y no acerté el drama de la novia enamorada.
_ No me gusta cambiar de chica por Día.
Al escuchar aquella respuesta, hizo que mi confusión creciera mucho más… Stephen no quería amor, pero tampoco quiera solo pasar el rato con alguna chica ¿Qué era lo que él quería realmente?
_Hago todo lo que nos novios hacen – me explico él, al ver mi expresión de confusión - Celebrar aniversarios, Cena en el día de san Valentín, todo… Menos enamorarme.
_ Estas bien loco -murmure bajo para que él no escuchara. Pero Stephen, al parecer tenía un muy oído.
Él me sonrío al escuchar mi comentario, y pude notar que a cada lado de sus mejillas se la hacían hoyuelos. Mi debilidad.
¡Yo amaba las margaritas! era realmente mi debilidad.
Cerré mis ojos, tratando de concentrarme. Para cuando los abrí lo vi mirándome seriamente.
Aclare mi garganta y trate de seguir el tema de conversación, evitando que él viera lo afectada que estaba con su sola presencia.
_Ósea… – dije – Conoces a una chica, la conquistas, luego son novios. Pero ella te dice; Te amo y ¿terminas con ella?
Él asistió como respuesta.
_ La explicación es muy simple - Comenzó a decirme - Es para no hacerlas sufrir e Ilusionarlas con algo que nunca le lograré dar.
_ ¿Se lo adviertes por último? – él asistió.
Puse los ojos en blanco.
Eso era lo más loco que había escuchado, y eso que con Nathan como amigo era normal escuchar cosas locas.
_ ¿Le haces firmar un contrato de No-Enamoramiento o algo así?
_ Creo que ves mucha Televisión – me contesto mostrándome sus lindas margaritas.
Bajo la vista hacia el libro en mis manos y vuelve la vista hacia mí, con una sonrisa ladeada.
_ O Lees mucho – me dijo.
Lo ignore por completo y puse nuevamente los ojos en blanco.
_ Y que pasaría – comienzo a decir – ¿Si conoces a una chica fantástica?
Comencé a caminar hacia él, imitando lo que me había hecho hace unos pocos segundos atrás.
Dí pasos lentos y pausados, y cuando llegue al frente de él – literalmente muy cerca de él – Lo mire segura de mi misma, lo mire directamente a los ojos y dije:
_ ¿Qué pasaría si te dieras cuenta de que ella te tiene loco? – Sonreí al ver que él me estaba tomando atención – Pongámonos en la posibilidad que conoces a una chica y te enamoras de ella. Imaginemos que ella es la chica más hermosa, inteligente y alegre que hayas conocido. Ella es sencilla y agradable.
>> Sus conversaciones son tan espontaneas que sientes que los temas de conversación con aquella chica son interminables .Cada vez que estas con ella; las horas, los minutos, los segundos no son suficientes y cuando la tienes lejos… aunque sea un segundo sientes como fueran siglos.
>> Pero ella… comete el gran error de decir la palabra incorrecta; Te Amo.
Dí un paso más, acortando la poca distancia que existía entre él y yo. Y cuando nuestros rostros estaban a centímetros el uno al otro, pude notar por primera vez lo nervioso e incómodo que estaba por invadir su espacio personal.
<<Ja, siente lo que yo sentí>> - pensé
Pero en vez de pedirme que me alejara o que se apartase de mí, el solo se limitó a observarme y examinar en cada movimiento que yo hacía.
Continuando con el plan original, me puse en puntillas y me incline hacia su oído y le susurre:
_ ¿Qué haces? ¿Terminas con ella?
Me separe unos – largos centímetros de él – para poder ver su expresión, el cual estaba lleno de diversión y sorpresa.
Sonríe triunfante y le dije:
_No me respondas ya se la respuesta
Termine de alejarme y volviendo hacia donde me encontraba hace unos segundos atrás, y lo mire.
Stephen se veía sorprendido y bastante divertido. Parecía como si nunca lo hubieran enfrentado o defendido su punto de vista con tanta intensidad, como yo lo había hecho. Por un leve segundo, me sentí la reina del mundo.
Finalmente, después de unos segundos de silencio y con la intensa mirada de Stephen, él me dijo sonriendo:
_Me agradas, me… agradas...
Stephen dio un paso hacia mi dirección, y entendiendo una de sus grandes y fuertes manos, él me dijo:
_Soy Stephen. Stephen Manson...
Al estrechar la mano con Stephen, sentí una gran electricidad, una electricidad que nunca había sentido antes.
_ Tu nombre – me dijo él-
_ Yo soy… - mis palabras se perdieron en el aire, puesto a que la voz de mi nueva compañera de cuarto me interrumpió en medio de la frase.
_ ¡HEY! ¡NUEVA COMPAÑERA DE CUARTO! – Me gritaron a mi espalda. Me gire y ví a Chloe sonriendo en el fondo del pasillo – ¡NECESITO TU AYUDA CON ALGUNAS CAJAS!
_! OK, VOY ENCEGIDA! – Le grité como respuesta y volví la atención a Stephen – Bueno me tengo que ir. Un gusto conocerte Stephen.
Le sonríe y rápidamente me giré para irme por el pasillo y alejarme de Stephen.
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